jueves, 10 de octubre de 2013

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Rafael Neftaly Becerra Zepeda 15 de septiembre de 2013 11:04
Les comparto un excelente análisis de lo que está pasando con la reforma administrativa y laboral en materia educativa. Es de Laura Frade, y me parece un punto de vista alejado de posiciones extremas. Es extenso, pero sin duda vale la pena leerlo: PALABRAS DE LAURA FRADE:
Varios de ustedes me han preguntado mi opinión sobre la “Reforma educativa”, no quería darla en firme hasta leer las leyes y analizar los contextos nacionales e internacionales. Después de haberlo hecho, creo que hay que distinguir varios elementos que son relevantes: la primera es la intención de la reforma, la segunda los procesos y mecanismos para llevarla a cabo, y la tercera los posibles resultados en el contexto actual. Lo anterior con el objeto de identificar qué se podría hacer en el futuro. Por la intención me refiero a que esta no es una reforma educativa sino como todos sabemos a estas alturas del proceso es que es una reforma laboral que modifica las bases del proceso de contratación, pasando de un esquema de contrato laboral colectivo a un esquema individualizado en el que cada sujeto se relaciona de manera directa con el patrón, pero que cuenta con un propósito que se debería visualizar y que consiste en que se está llevando a cabo un proceso de ajuste estructural de tercera generación. ¿Qué es esto? Es el proceso mediante el cual estado se ajusta a su capacidad de pago en el contexto de una deuda externa creciente en un entorno económico internacional incierto en el cual debe mantenerse. Es decir, es un mecanismo mediante el cual se analiza cuánto tiene un estado, cuánto puede pagar, en qué tiene que gastar para luego determinar cuánto tendría dinero que recolectar y de dónde sacarlo para hacer ambas cosas: pagar y mantenerse. Esto implica contemplar, tanto lo que se paga al exterior por los compromisos adquiridos de la deuda externa como lo que requiere gastar internamente para continuar con un proceso de crecimiento económico más o menos sostenido o que por lo menos no lo lleve a una crisis que sería peor, así como lo que como gobierno en el poder le interesa hacer. Este proceso llamado de ajuste estructural se inicio desde 1980 con la crisis de la deuda externa en la mayoría de los países del 3º mundo que estaban muy endeudados y no pagaban sus deudas y se diseñó en el principio por las instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial (BM) que son entidades internacionales formadas por los gobiernos que han decidido ingresar a ellas y que a su vez forman parte de Naciones Unidas y que por lo tanto son organismos públicos. Dicho ajuste ha ido evolucionando en generaciones, así como también y al mismo tiempo la participación de México en otros organismos internacionales que forman parte de estos procesos, entre ellos la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico que si bien no diseña ajuste propiamente dicho si participa en el diseño de medidas que conlleven al desarrollo entendido como crecimiento económico a partir de la inversión extranjera directa (maquilas y empresas) e indirecta (bolsa de valores). Recordemos, por ejemplo que en el caso mexicano, la gran crisis de Echeverría y López Portillo que se gestó en los 80’s y que se generó porque el estado mexicano gastó más de lo que le ingresó, tanto porque se lo gastó corruptamente como porque el gasto que normalmente se hacía era bastante más grande que lo que producíamos llevó a una modificación del modelo de desarrollo que teníamos. Desde esta década los estados nacionales, incluido México, se ajustan de manera constante en la medida en que van asumiendo más compromisos por deuda externa amén de los vaivenes de la economía internacional que no es estable y que condiciona ciertas acciones de los estados para sobrevivir en la misma. En nuestro caso, uno de los últimos préstamos fuertes para evitar una crisis lo hizo Calderón aproximadamente en el 2009 frente a la crisis de Estados Unidos cuando le pidió recursos prestados al FMI por 47 billones de dólares para no caer junto con todos los demás países en la crisis generada por los norteamericanos, amén de todos los demás préstamos realizados con anterioridad, incluidos las administraciones anteriores, que son acumulativos y que no se han terminado de pagar. Por lo tanto, el ajuste estructural se inicia con reformas de primera generación en la crisis de la deuda de los 80s que consistió en la privatización de las paraestatales, el aumento de los impuestos, la reducción de los empleados públicos y la disminución del gasto público para poder pagar la deuda externa. En los 90 continúan las reformas de segunda generación con la privatización de las empresas públicas nacionales (carreteras, puertos, teléfonos, ferrocarriles, aeropuertos, aumento del IVA del 10 al 15), y actualmente emergen las reformas de ajuste estructural de tercera generación que se vienen dando desde el año 2000, en nuestro caso con Fox y que consisten en que como ya no hay muchos empleados públicos que despedir porque sino quién hace el trabajo, y además con la meta de asegurar la eficiencia, la calidad y la eficacia en el estado, pues se quedan trabajando sólo los que son buenos y se despiden a los malos o no se les dejan entrar, por esto todos los empleados públicos entran por examen y por concurso desde Fox, además de continuar aumentando los impuestos y de buscar procesos de privatización o flexibilización de las empresas no privatizadas como las relacionadas son las relacionadas a la energía. Todas estas generaciones de ajuste estructural siempre tienen la lógica de pagar la deuda externa contraída con anterioridad. Sin embargo, el único sector del servicio público que no se había sometido a este proceso eran los maestros. Entonces esto implica que la modificación a la ley de educación no va sólo contra los maestros per se… amén de que una estrategia ha sido difamarlos, y de que pone como excusa la calidad educativa, sino que entra en un escenario de ajuste estructural más grande, las tres reformas actuales (financiera, PEMEX y educativa) obedecen a esta lógica: el estado se ajusta a su capacidad para garantizar el pago de la deuda y un estado de sobrevivencia frente a la crisis económica mundial. La idea es generar más recursos al estado que le permitan por un lado cubrir sus obligaciones de deuda externa y por el otro aumentar los recursos a nivel interno para contar con su propio gasto, mismo que le permita llevar a cabo sus planes y proyectos, de ahí que aumenten los impuestos, inicien un proceso de flexibilización de la prestación del servicio de PEMEX (ingresa el sector privado a inversión pero no sustituye la rectoría del estado) y ajusten al sector educativo desde la perspectiva de la flexibilización laboral, de manera que sólo se cuente con trabajadores y empleados competentes en todos los sectores, sin excepción, integrando al sector educativo que estaba fuera de esta lógica. Segundo, en cuánto a los mecanismos y procesos mediante los cuales se garantiza la intención de ajustar el estado, que parte de la idea de garantizar el acceso y la permanencia de los mejores trabajadores en el último sector público en ser ajustado que es la educación, dichos mecanismos consisten en llevar a cabo un proceso de evaluación que afortunadamente ya no consistirá sólo un examen, como lo había propuesto Calderón y como yo pensaba que sería al principio, sino en un proceso complejo de evaluación, que incluye la observación de varias variables que emergen de los lineamientos establecidos por el INEE y que serán aplicados por las autoridades estatales mediante evaluadores y con la participación de los ATPs quiénes serán capacitados y evaluados para tal efecto y quiénes además adquirirán un papel relevante en el proceso de evaluación, así como la escuela misma, de ahí la importancia de los Consejos Técnicos Escolares que definirán en mucho las líneas de operación. El examen universal será uno de los instrumentos que se utilizarán para llevar a cabo la evaluación del desempeño docente que además se asegura que será regionalizada, pero al parecer éste no lo será todo. Además como parte del proceso de ajuste la SEP centraliza nuevamente la nómina docente, le quita a los estados esta prerrogativa y con este mecanismo lleva a cabo un proceso de homologación del salario, todos ganarán igual, lo que beneficia a algunos pero perjudica a otros que tenían pagos extras por parte de sus estados, esto sigue siendo parte del proceso de ajuste estructural, es decir de ajuste de la capacidad de pago del estado. Tercero, el resultado que se obtendrá de este proceso de reforma laboral, desde mi conocimiento y experiencia del sector dependerá de los lineamientos que estipule el INEE y de la capacidad docente que se demostrará en los hechos, por lo que los y las maestras que han estado estudiando, que han hecho sus maestrías, van a cursos, se preocupan por salir adelante, leen, se capacitan, conocen los planes y programas y están al día, pues muy seguramente no tendrán de que preocuparse y conservarán su empleo, obviamente que sin dormirse y siguiendo el mismo curso que han seguido a la fecha y creo que estos son un fuerte porcentaje. En cambio los que de alguna manera han seguido una inercia antigua en la que a veces asisten a clase, a veces no, se resisten al cambio, no se preparan diciendo múltiples excusas, señalan que tienen otras alternativas y propuestas que son mejores que los planes y programas nacionales, aunque sus estudiantes obtengan resultados más bajos que el resto, pues si tienen de qué preocuparse porque no habrá posibilidades de negociación, puesto que para empezar la nómina esta centralizada y quién no acuda a clases y haga lo que se le pida será despedido y esto ya está en la ley, es decir que aunque se amparen no hay marcha atrás. No obstante, los lineamientos que estipule el INEE serán importantísimos, así como el perfil de evaluación docente que diseñe la secretaría y sobre cuál se evaluará su desempeño docente, si éstos se diseñan a la alta habrá más despedidos, pero si se diseñan a la baja los despedidos serán menos, de ahí la necesidad de intervenir en su diseño mediante propuestas concretas. Ahora bien, lo interesante de esta reforma es que aunque aparentemente es durísima, y así la ven los docentes, la realidad es que comparativamente hablando con otros sectores públicos es muy “light”, es decir no está despidiendo trabajadores de la noche a la mañana, no los sacarán de manera rápida, les dan muchas oportunidades, y además señalan que no los despedirán. Si se compara con los procesos de reforma laboral de otros sectores, es bastante “noble”. Por ejemplo, en el caso de la privatización de los Ferrocarriles Nacionales de México, fueron despedidos 40,000 trabajadores de la noche a la mañana, con indemnización y todo, pero se quedaron sin trabajo, algunos fueron recontratados por las empresas que compraron los tramos, es decir algunas de las líneas de tren, pero la mayoría no, porque los trenes dejaron de ser el medio de transporte por excelencia en el país. Entonces desde esta perspectiva esta reforma es bastante blanda. Con esto no la estoy justificando sólo la estoy describiendo. Frente a esta situación emerge entonces el problema de que no todos pasaran la evaluación, y serán despedidos los considerados “malos”, pero como la intención no es la privatización de la escuela pública, sino la flexibilización de la mano de obra del sector con miras a la reducción del gasto público; entonces la pregunta es: ¿cómo lograr que los maestros y maestras pasen la evaluación en su desempeño para que continúen trabajando y no pierdan su empleo? La respuesta para muchos puede ser la resistencia, la movilización, la huelga, el paro indefinido, etcétera. Pero de todos los procesos de ajuste estructural llevados a cabo en México y en el extranjero, ya que el ajuste estructural es global, ni los gringos se salvan, hay lecciones aprendidas: cuando el estado privatizó empresas públicas, o bien redujo los sectores públicos despidiendo empleados, lo llevo a cabo sin miramientos a pesar de las múltiples muestras de inconformidad, porque o se ajustan o se hunden frente al resto de los demás países, esta es la perversa lógica de la deuda externa y de una economía que está dependiendo de las múltiples transacciones internacionales. La verdad es que las luchas que se dieron de esa forma no lograron mucho… Recordemos: los empleados de ferrocarriles, de la Ruta 100, de Luz y fuerza... y todos los demás, la pregunta es: ¿ganaron sus demandas? No. Entonces este tipo de resistencia mediante las manifestaciones y los paros ha demostrado que está caduca y que no llevará a que los docentes a conservar su empleo. Analicemos la situación actual: si dejan de trabajar por más de 3 días y los estados ya no tienen la nómina, no hay posibilidades de negociación a nivel local, y además la tiene la Secretaría con una ley que dice que serán despedidos de manera inmediata, y si además los recursos que les entregaban a los sindicatos ya no se les darán, la fuentes para sostener este tipo de lucha están totalmente debilitadas. De hecho, alguien me decía: ¿por qué el gobierno no reprime las marchas? Porque será más barato y será mejor visto correrlos en estricto apego al contrato de trabajo en las condiciones de la nueva ley que establece que quién no regrese a clases perderá su empleo, así que mientras más marchen más vulnerables se vuelven. No estoy siendo pesimista, y no quiero que se malinterprete, pensé mucho en escribir esto. Tampoco quiero desanimarlos, sólo quiero dar un poco de luz, describiendo lo que pasa. Esto es un análisis descriptivo. Entonces, ¿qué se puede hacer? Diseñar una estrategia inteligente mediante cual la intención inicial pierda toda su fuerza. Si la intención es despedir a los maestros que no son buenos, entonces no realicemos actividades que le den la razón al estado, marchas, paros indefinidos, etcétera para que la sociedad diga: ¡Córranlos! Sino actividades que demuestren que los maestros son buenos. Seamos como los japoneses que cuando los empleados quieren irse a la huelga porque sus derechos laborales o percepciones son menores a lo acordado con los patrones, lo que hacen es aumentar la producción y de este modo obligan a que bajen los precios al haber mayor cantidad de producto disponible, afectando con esto directamente al patrón, no a ellos mismos. No lo hacen saliendo a la calle dejando de trabajar porque eso solo les afecta de manera directa a cada trabajador, pues el patrón los corre y contrata a otros que están esperando su lugar en el mercado laboral. Esto implica: regresar al aula, comportarse como el mejor maestro posible, apostarle a la capacitación docente, al trabajo colaborativo para que todos salgan adelante, a la educación colectiva, a los procesos que permitan que el mayor número posible de empleados docentes se quede en su trabajo. Esto rompería la lógica inicial de la intención: habría mucho menos despedidos. Es decir que la resistencia tendría una estrategia de apropiación, la misma que tuvieron muchos pueblos indígenas que sobreviven a la fecha. De más de 200 pueblos indígenas que había cuando llegaron los españoles quedan entre 60 y 50. ¿Por qué unos sobrevivieron y otros no? Porque los mecanismos de resistencia fueron diferentes, sobrevivieron aquellos que aceptaron lo que les quisieron imponer, las iglesias, la ropa, las costumbres, pero le dieron un significado propio, lo reinterpretaron. Desaparecieron todos aquellos que se fueron a la lucha armada porque estaban en condiciones de desventaja, los mataron a todos. Entonces desde mi punto de vista se debería tomar una estrategia de apropiación, si quieren que sean mejores maestros para conservar las plazas pues eso se debería hacer, esto mejoraría las condiciones de la educación en el país y ayudaría a que todos saliéramos adelante. Por esto, para mí, si la meta es conservar el empleo hablando desde la perspectiva laboral exclusivamente, la estrategia se encuentra entonces en los procesos de formación continua, de colaboración, de aprendizaje y de identificación de las debilidades que se poseen para superarlas. Desde esta perspectiva, el establecimiento de los Consejos Técnicos Escolares puede ser una oportunidad, ya que en el colectivo escolar todos se pueden ayudar unos a otros para salir adelante frente a los procesos de evaluación, la consigna debería ser: salgamos adelante todos juntos, apoyándose, colaborando, buscando alternativas de mejora, incidiendo en el diseño de los perfiles y de los lineamientos de SEP e INEE respectivamente… Lo que no quita que cada maestro deba aprender a detectar sus debilidades y a buscar satisfacerlas por cualquier medio. Esto sí sería una lucha de resistencia que modifique las intenciones originales. Ahora bien existen condicionantes socioeconómicas que afectarán algunos sectores y que impedirán que algunos docentes salgan bien en los procesos de evaluación, esto es lo que deberíamos de analizar, ¿cómo crear las condiciones para que lo logren? Apostémosle a sacarlos adelante mediante procesos educativos y de aprendizaje porque no creo que la reforma de marcha atrás. Para mí, esa es la respuesta que entre todos debiéramos dar. LAURA FRADE. Maestra y escritora mexicana.
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