Les
comparto un excelente análisis de lo que está pasando con la reforma
administrativa y laboral en materia educativa. Es de Laura Frade, y me
parece un punto de vista alejado de posiciones extremas. Es extenso,
pero sin duda vale la pena leerlo: PALABRAS DE LAURA FRADE:
Varios de
ustedes me han preguntado mi opinión sobre la “Reforma educativa”, no
quería darla en firme hasta leer las leyes y analizar los contextos
nacionales e internacionales. Después de haberlo hecho, creo que hay que
distinguir varios elementos que son relevantes: la primera es la
intención de la reforma, la segunda los procesos y mecanismos para
llevarla a cabo, y la tercera los posibles resultados en el contexto
actual. Lo anterior con el objeto de identificar qué se podría hacer en
el futuro. Por la intención me refiero a que esta no es una reforma
educativa
sino como todos sabemos a estas alturas del proceso es que es una
reforma laboral que modifica las bases del proceso de contratación,
pasando de un esquema de contrato laboral colectivo a un esquema
individualizado en el que cada sujeto se relaciona de manera directa con
el patrón, pero que cuenta con un propósito que se debería visualizar y
que consiste en que se está llevando a cabo un proceso de ajuste
estructural de tercera generación. ¿Qué es esto? Es el proceso mediante
el cual estado se ajusta a su capacidad de pago en el contexto de una
deuda externa creciente en un entorno económico internacional incierto
en el cual debe mantenerse. Es decir, es un mecanismo mediante el cual
se analiza cuánto tiene un estado, cuánto puede pagar, en qué tiene que
gastar para luego determinar cuánto tendría dinero que recolectar y de
dónde sacarlo para hacer ambas cosas: pagar y mantenerse. Esto implica
contemplar, tanto lo que se paga al
exterior por los compromisos adquiridos de la deuda externa como lo que
requiere gastar internamente para continuar con un proceso de
crecimiento económico más o menos sostenido o que por lo menos no lo
lleve a una crisis que sería peor, así como lo que como gobierno en el
poder le interesa hacer. Este proceso llamado de ajuste estructural se
inicio desde 1980 con la crisis de la deuda externa en la mayoría de los
países del 3º mundo que estaban muy endeudados y no pagaban sus deudas y
se diseñó en el principio por las instituciones financieras
internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco
Mundial (BM) que son entidades internacionales formadas por los
gobiernos que han decidido ingresar a ellas y que a su vez forman parte
de Naciones Unidas y que por lo tanto son organismos públicos. Dicho
ajuste ha ido evolucionando en generaciones, así como también y al mismo
tiempo la participación de México en otros
organismos internacionales que forman parte de estos procesos, entre
ellos la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico que si bien
no diseña ajuste propiamente dicho si participa en el diseño de medidas
que conlleven al desarrollo entendido como crecimiento económico a
partir de la inversión extranjera directa (maquilas y empresas) e
indirecta (bolsa de valores). Recordemos, por ejemplo que en el caso
mexicano, la gran crisis de Echeverría y López Portillo que se gestó en
los 80’s y que se generó porque el estado mexicano gastó más de lo que
le ingresó, tanto porque se lo gastó corruptamente como porque el gasto
que normalmente se hacía era bastante más grande que lo que producíamos
llevó a una modificación del modelo de desarrollo que teníamos. Desde
esta década los estados nacionales, incluido México, se ajustan de
manera constante en la medida en que van asumiendo más compromisos por
deuda externa amén
de los vaivenes de la economía internacional que no es estable y que
condiciona ciertas acciones de los estados para sobrevivir en la misma.
En nuestro caso, uno de los últimos préstamos fuertes para evitar una
crisis lo hizo Calderón aproximadamente en el 2009 frente a la crisis de
Estados Unidos cuando le pidió recursos prestados al FMI por 47
billones de dólares para no caer junto con todos los demás países en la
crisis generada por los norteamericanos, amén de todos los demás
préstamos realizados con anterioridad, incluidos las administraciones
anteriores, que son acumulativos y que no se han terminado de pagar. Por
lo tanto, el ajuste estructural se inicia con reformas de primera
generación en la crisis de la deuda de los 80s que consistió en la
privatización de las paraestatales, el aumento de los impuestos, la
reducción de los empleados públicos y la disminución del gasto público
para poder pagar la deuda
externa. En los 90 continúan las reformas de segunda generación con la
privatización de las empresas públicas nacionales (carreteras, puertos,
teléfonos, ferrocarriles, aeropuertos, aumento del IVA del 10 al 15), y
actualmente emergen las reformas de ajuste estructural de tercera
generación que se vienen dando desde el año 2000, en nuestro caso con
Fox y que consisten en que como ya no hay muchos empleados públicos que
despedir porque sino quién hace el trabajo, y además con la meta de
asegurar la eficiencia, la calidad y la eficacia en el estado, pues se
quedan trabajando sólo los que son buenos y se despiden a los malos o no
se les dejan entrar, por esto todos los empleados públicos entran por
examen y por concurso desde Fox, además de continuar aumentando los
impuestos y de buscar procesos de privatización o flexibilización de las
empresas no privatizadas como las relacionadas son las relacionadas a
la energía. Todas estas
generaciones de ajuste estructural siempre tienen la lógica de pagar la
deuda externa contraída con anterioridad. Sin embargo, el único sector
del servicio público que no se había sometido a este proceso eran los
maestros. Entonces esto implica que la modificación a la ley de
educación no va sólo contra los maestros per se… amén de que una
estrategia ha sido difamarlos, y de que pone como excusa la calidad
educativa, sino que entra en un escenario de ajuste estructural más
grande, las tres reformas actuales (financiera, PEMEX y educativa)
obedecen a esta lógica: el estado se ajusta a su capacidad para
garantizar el pago de la deuda y un estado de sobrevivencia frente a la
crisis económica mundial. La idea es generar más recursos al estado que
le permitan por un lado cubrir sus obligaciones de deuda externa y por
el otro aumentar los recursos a nivel interno para contar con su propio
gasto, mismo que le permita llevar a cabo sus
planes y proyectos, de ahí que aumenten los impuestos, inicien un
proceso de flexibilización de la prestación del servicio de PEMEX
(ingresa el sector privado a inversión pero no sustituye la rectoría del
estado) y ajusten al sector educativo desde la perspectiva de la
flexibilización laboral, de manera que sólo se cuente con trabajadores y
empleados competentes en todos los sectores, sin excepción, integrando
al sector educativo que estaba fuera de esta lógica. Segundo, en cuánto a
los mecanismos y procesos mediante los cuales se garantiza la intención
de ajustar el estado, que parte de la idea de garantizar el acceso y la
permanencia de los mejores trabajadores en el último sector público en
ser ajustado que es la educación, dichos mecanismos consisten en llevar a
cabo un proceso de evaluación que afortunadamente ya no consistirá sólo
un examen, como lo había propuesto Calderón y como yo pensaba que sería
al principio,
sino en un proceso complejo de evaluación, que incluye la observación
de varias variables que emergen de los lineamientos establecidos por el
INEE y que serán aplicados por las autoridades estatales mediante
evaluadores y con la participación de los ATPs quiénes serán capacitados
y evaluados para tal efecto y quiénes además adquirirán un papel
relevante en el proceso de evaluación, así como la escuela misma, de ahí
la importancia de los Consejos Técnicos Escolares que definirán en
mucho las líneas de operación. El examen universal será uno de los
instrumentos que se utilizarán para llevar a cabo la evaluación del
desempeño docente que además se asegura que será regionalizada, pero al
parecer éste no lo será todo. Además como parte del proceso de ajuste la
SEP centraliza nuevamente la nómina docente, le quita a los estados
esta prerrogativa y con este mecanismo lleva a cabo un proceso de
homologación del salario,
todos ganarán igual, lo que beneficia a algunos pero perjudica a otros
que tenían pagos extras por parte de sus estados, esto sigue siendo
parte del proceso de ajuste estructural, es decir de ajuste de la
capacidad de pago del estado. Tercero, el resultado que se obtendrá de
este proceso de reforma laboral, desde mi conocimiento y experiencia del
sector dependerá de los lineamientos que estipule el INEE y de la
capacidad docente que se demostrará en los hechos, por lo que los y las
maestras que han estado estudiando, que han hecho sus maestrías, van a
cursos, se preocupan por salir adelante, leen, se capacitan, conocen los
planes y programas y están al día, pues muy seguramente no tendrán de
que preocuparse y conservarán su empleo, obviamente que sin dormirse y
siguiendo el mismo curso que han seguido a la fecha y creo que estos son
un fuerte porcentaje. En cambio los que de alguna manera han seguido
una inercia antigua en la que a
veces asisten a clase, a veces no, se resisten al cambio, no se
preparan diciendo múltiples excusas, señalan que tienen otras
alternativas y propuestas que son mejores que los planes y programas
nacionales, aunque sus estudiantes obtengan resultados más bajos que el
resto, pues si tienen de qué preocuparse porque no habrá posibilidades
de negociación, puesto que para empezar la nómina esta centralizada y
quién no acuda a clases y haga lo que se le pida será despedido y esto
ya está en la ley, es decir que aunque se amparen no hay marcha atrás.
No obstante, los lineamientos que estipule el INEE serán
importantísimos, así como el perfil de evaluación docente que diseñe la
secretaría y sobre cuál se evaluará su desempeño docente, si éstos se
diseñan a la alta habrá más despedidos, pero si se diseñan a la baja los
despedidos serán menos, de ahí la necesidad de intervenir en su diseño
mediante propuestas concretas.
Ahora bien, lo interesante de esta reforma es que aunque aparentemente
es durísima, y así la ven los docentes, la realidad es que
comparativamente hablando con otros sectores públicos es muy “light”, es
decir no está despidiendo trabajadores de la noche a la mañana, no los
sacarán de manera rápida, les dan muchas oportunidades, y además señalan
que no los despedirán. Si se compara con los procesos de reforma
laboral de otros sectores, es bastante “noble”. Por ejemplo, en el caso
de la privatización de los Ferrocarriles Nacionales de México, fueron
despedidos 40,000 trabajadores de la noche a la mañana, con
indemnización y todo, pero se quedaron sin trabajo, algunos fueron
recontratados por las empresas que compraron los tramos, es decir
algunas de las líneas de tren, pero la mayoría no, porque los trenes
dejaron de ser el medio de transporte por excelencia en el país.
Entonces desde esta perspectiva esta reforma es
bastante blanda. Con esto no la estoy justificando sólo la estoy
describiendo. Frente a esta situación emerge entonces el problema de que
no todos pasaran la evaluación, y serán despedidos los considerados
“malos”, pero como la intención no es la privatización de la escuela
pública, sino la flexibilización de la mano de obra del sector con miras
a la reducción del gasto público; entonces la pregunta es: ¿cómo lograr
que los maestros y maestras pasen la evaluación en su desempeño para
que continúen trabajando y no pierdan su empleo? La respuesta para
muchos puede ser la resistencia, la movilización, la huelga, el paro
indefinido, etcétera. Pero de todos los procesos de ajuste estructural
llevados a cabo en México y en el extranjero, ya que el ajuste
estructural es global, ni los gringos se salvan, hay lecciones
aprendidas: cuando el estado privatizó empresas públicas, o bien redujo
los sectores públicos
despidiendo empleados, lo llevo a cabo sin miramientos a pesar de las
múltiples muestras de inconformidad, porque o se ajustan o se hunden
frente al resto de los demás países, esta es la perversa lógica de la
deuda externa y de una economía que está dependiendo de las múltiples
transacciones internacionales. La verdad es que las luchas que se dieron
de esa forma no lograron mucho… Recordemos: los empleados de
ferrocarriles, de la Ruta 100, de Luz y fuerza... y todos los demás, la
pregunta es: ¿ganaron sus demandas? No. Entonces este tipo de
resistencia mediante las manifestaciones y los paros ha demostrado que
está caduca y que no llevará a que los docentes a conservar su empleo.
Analicemos la situación actual: si dejan de trabajar por más de 3 días y
los estados ya no tienen la nómina, no hay posibilidades de negociación
a nivel local, y además la tiene la Secretaría con una ley que dice que
serán despedidos de manera
inmediata, y si además los recursos que les entregaban a los sindicatos
ya no se les darán, la fuentes para sostener este tipo de lucha están
totalmente debilitadas. De hecho, alguien me decía: ¿por qué el gobierno
no reprime las marchas? Porque será más barato y será mejor visto
correrlos en estricto apego al contrato de trabajo en las condiciones de
la nueva ley que establece que quién no regrese a clases perderá su
empleo, así que mientras más marchen más vulnerables se vuelven. No
estoy siendo pesimista, y no quiero que se malinterprete, pensé mucho en
escribir esto. Tampoco quiero desanimarlos, sólo quiero dar un poco de
luz, describiendo lo que pasa. Esto es un análisis descriptivo.
Entonces, ¿qué se puede hacer? Diseñar una estrategia inteligente
mediante cual la intención inicial pierda toda su fuerza. Si la
intención es despedir a los maestros que no son buenos, entonces no
realicemos actividades que le den la
razón al estado, marchas, paros indefinidos, etcétera para que la
sociedad diga: ¡Córranlos! Sino actividades que demuestren que los
maestros son buenos. Seamos como los japoneses que cuando los empleados
quieren irse a la huelga porque sus derechos laborales o percepciones
son menores a lo acordado con los patrones, lo que hacen es aumentar la
producción y de este modo obligan a que bajen los precios al haber mayor
cantidad de producto disponible, afectando con esto directamente al
patrón, no a ellos mismos. No lo hacen saliendo a la calle dejando de
trabajar porque eso solo les afecta de manera directa a cada trabajador,
pues el patrón los corre y contrata a otros que están esperando su
lugar en el mercado laboral. Esto implica: regresar al aula, comportarse
como el mejor maestro posible, apostarle a la capacitación docente, al
trabajo colaborativo para que todos salgan adelante, a la educación
colectiva, a los procesos que
permitan que el mayor número posible de empleados docentes se quede en
su trabajo. Esto rompería la lógica inicial de la intención: habría
mucho menos despedidos. Es decir que la resistencia tendría una
estrategia de apropiación, la misma que tuvieron muchos pueblos
indígenas que sobreviven a la fecha. De más de 200 pueblos indígenas que
había cuando llegaron los españoles quedan entre 60 y 50. ¿Por qué unos
sobrevivieron y otros no? Porque los mecanismos de resistencia fueron
diferentes, sobrevivieron aquellos que aceptaron lo que les quisieron
imponer, las iglesias, la ropa, las costumbres, pero le dieron un
significado propio, lo reinterpretaron. Desaparecieron todos aquellos
que se fueron a la lucha armada porque estaban en condiciones de
desventaja, los mataron a todos. Entonces desde mi punto de vista se
debería tomar una estrategia de apropiación, si quieren que sean mejores
maestros para conservar las plazas pues eso se
debería hacer, esto mejoraría las condiciones de la educación en el
país y ayudaría a que todos saliéramos adelante. Por esto, para mí, si
la meta es conservar el empleo hablando desde la perspectiva laboral
exclusivamente, la estrategia se encuentra entonces en los procesos de
formación continua, de colaboración, de aprendizaje y de identificación
de las debilidades que se poseen para superarlas. Desde esta
perspectiva, el establecimiento de los Consejos Técnicos Escolares puede
ser una oportunidad, ya que en el colectivo escolar todos se pueden
ayudar unos a otros para salir adelante frente a los procesos de
evaluación, la consigna debería ser: salgamos adelante todos juntos,
apoyándose, colaborando, buscando alternativas de mejora, incidiendo en
el diseño de los perfiles y de los lineamientos de SEP e INEE
respectivamente… Lo que no quita que cada maestro deba aprender a
detectar sus debilidades y a buscar satisfacerlas por
cualquier medio. Esto sí sería una lucha de resistencia que modifique
las intenciones originales. Ahora bien existen condicionantes
socioeconómicas que afectarán algunos sectores y que impedirán que
algunos docentes salgan bien en los procesos de evaluación, esto es lo
que deberíamos de analizar, ¿cómo crear las condiciones para que lo
logren? Apostémosle a sacarlos adelante mediante procesos educativos y
de aprendizaje porque no creo que la reforma de marcha atrás. Para mí,
esa es la respuesta que entre todos debiéramos dar. LAURA FRADE. Maestra
y escritora mexicana.
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